Durante una conferencia oficial del gobierno, Shigeru Ishiba, el primer ministro de Japón, abordó las preocupaciones sobre el juego de Ubisoft, Assassin's Creed Shadows, que se desarrolla en Japón feudal. La discusión surgió de una pregunta planteada por Hiroyuki Kada, un político japonés y miembro de la Cámara de Consejos.