Hay una emoción atemporal en causar estragos en un paisaje urbano, un sentimiento que aprovecha el encanto del abismo como podría sugerir Soren Kierkegaard, o tal vez solo la alegría de las explosiones, una especialidad de Michael Bay. Entra Roar Rampage, el juego clásico que ahora hace un regreso triunfante a iOS y Debu