Este artículo compara y contrasta los juegos MMORPG Web2 y Web3. Si bien ambos ofrecen experiencias de juego de rol en línea multijugador masivo, sus tecnologías subyacentes y experiencias de jugadores difieren significativamente.
Web2 MMORPGS, el modelo establecido, depende de servidores centralizados controlados por desarrolladores de juegos. Los jugadores interactúan dentro de un entorno singular y controlado. Los activos y los datos del juego residen en los servidores del desarrollador, y el desarrollador conserva el control completo sobre la economía y la progresión del juego. Los ejemplos incluyen World of Warcraft y Final Fantasy XIV. Las ventajas incluyen una experiencia de juego generalmente más suave y pulida debido al control centralizado e infraestructura establecida. Sin embargo, esta centralización puede conducir a limitaciones en la propiedad y el control del jugador, y el desarrollador posee la máxima autoridad sobre los artículos y los activos en el juego.
Web3 MMORPGS, por otro lado, aprovechan la tecnología blockchain para descentralizar varios aspectos del juego. Esta descentralización a menudo se manifiesta en la propiedad del jugador de los activos en el juego, representados como NFT (tokens no fungibles). Los jugadores pueden comprar, vender e intercambiar estos activos, creando una economía más impulsada por los jugadores. Los datos del juego también se pueden distribuir a través de una red, lo que potencialmente lo hace más resistente a la censura y los puntos individuales de falla. Sin embargo, la tecnología sigue siendo relativamente incipiente, y los MMORPG Web3 a menudo enfrentan desafíos relacionados con la escalabilidad, la experiencia del usuario y la integración general de la tecnología blockchain en la mecánica del juego. Todavía están surgiendo ejemplos de proyectos que exploran este espacio.
La diferencia clave radica en la propiedad y el control. Los juegos de Web2 otorgan el control del desarrollador, mientras que los juegos Web3 tienen como objetivo empoderar a los jugadores con una mayor propiedad de los activos en el juego y potencialmente influir en la dirección del juego. La elección entre un MMORPG Web2 o Web3 depende de las prioridades individuales. Los jugadores que valoran una experiencia pulida y estable pueden preferir Web2, mientras que aquellos que buscan una mayor propiedad y participación en la economía del juego podrían verse atraídos por Web3, reconociendo los riesgos y complejidades potenciales involucradas.